El propósito de este ejercicio es tranquilizar nuestros corazones, almas, y mentes, para desconectarnos de las muchas ocupaciones del trabajo y el hogar, a fin de prepararnos para estar en la presencia de Dios. (Materiales: tu diario, lapicero, Biblia, pareo/chal/sabana, esta guía.)
“Quédense quietas, reconozcan que yo soy Dios.” Salmo 46:10 NVI
Tranquiliza tu mente y conéctate con tu cuerpo y con este espacio. Algunas sugerencias: Acuéstate en el pareo o sábana sobre la hierba, un banco o tu cama con tus piernas planas o con las rodillas dobladas, con los brazos a los lados, las palmas hacia arriba, y con los ojos cerrados.
- Respira por la nariz. Enfócate en tu respiración. Coloca una mano sobre tu pecho y una en tu abdomen, respirando profundo para que el pecho no se mueva y el abdomen suba y baje con cada respiro.
- O toma el pulso de tu muñeca o cuello y respira lentamente al ritmo de tu pulso.
Continúa haciendo esto por lo menos de 3-5 minutos. Si no te puedes acostar, puedes usar una silla desde donde se vea la naturaleza. (Recuerda ponerte de pie lentamente.) Luego cierra tus ojos y escucha los sonidos a tu alrededor. Primero date cuenta de los sonidos lejanos. Luego date cuenta de los sonidos cercanos. Luego de tu respiración. Cuando tu cuerpo y tu mente se hayan tranquilizado, escucha a Dios en Isaías 52 Nueva Versión Internacional (NVI)
1 ¡Despierta Sión, despierta! ¡Revístete de poder! Jerusalén, ciudad santa, ponte tus vestidos de gala, que los incircuncisos e impuros no volverán a entrar en ti. 2 ¡Sacúdete el polvo, Jerusalén! ¡Levántate, vuelve al trono! ¡Libérate de las cadenas de tu cuello, Cautiva hija de Sión!
En las Escrituras, la vestimenta algunas veces representa el estado del alma. Resalta el cambio de la Hija de Sión en el pasaje. Cierra tus ojos y date cuenta de tus emociones ahora mismo, las que se pueden nombrar y las que no se pueden nombrar. Si esta energía emocional se pudiera manifestar en un traje, ¿cuál sería? Imagínate a ti misma delante de Dios con esta vestimenta.
Pray: Podrías escribir una oración en tu diario, pidiéndole al Espíritu que aumente o transforme tu vestimenta durante este retiro.
Ver también: Introducción al Retiro y Bienvenida; luego seguir con las 4 sesiones que desarrollan el tema.