Conéctese con el Señor, quien entregó su vida por amor a nosotros y nosotras. Al descansar unos minutos, respire lentamente y quédese plenamente presente en el espacio en que se encuentre. Permita que sus músculos se relajen para recibir lo que el Señor le quiere enseñar a través de la Palabra de Dios.
Le sugerimos que lea primero todo el ejercicio para que así pueda saber cómo debe proceder. Anote sus observaciones, imaginando y haciendo preguntas en su diario. Es como si al escribir nuestros pensamientos e ideas, estaremos más claros y más abiertos a la palabra de Dios.
- Note que estará leyendo este pasaje bíblico 4 veces.
- Puede ser que tenga más preguntas que respuestas; esto es beneficioso ya que las preguntas nos llevan a buscar respuestas en el texto más profundamente.
- Enfóquese primero en observar lo que pasó. Luego observe cada personaje, imaginando sus experiencias.
- Finalmente, permita que el Espíritu Santo aplique este pasaje a su vida y a su comunidad.
Lea Juan 20:1-18 lentamente imaginándose como a una ave que se encuentra bien alta en un árbol al lado de la tumba, mirando todo lo que sucede. En su diario, anote sus primeras impresiones de lo que cree, está sucediendo.
Escriba las preguntas que vienen a su mente.
Lea el pasaje en base a los ojos de Simón Pedro y el otro discípulo. Anote lo que le impresiona. Imagine las emociones de estos hombres. Observe como fueron impactados. (Incluya el vs.18.) ¿Cuáles preguntas le surgen?
Lea el pasaje a través de las experiencias de María Magdalena. Anote lo que le impresiona. Imagine las emociones de ella en cada acontecimiento. Observe como fue impactada. ¿Cuáles preguntas le surgen?
Lea ahora el pasaje bíblico a través de la perspectiva de Jesús. Anote lo que le impresiona. Imagine las emociones de Jesús. ¿Qué cuestiona?
Disfrute este encuentro con Dios y su verdad. Permita que el Espíritu Santo aplique este pasaje a su vida y a su comunidad.