Hechos 2– Pentecostés
Lea Hechos 2:1-3. Cierre sus ojos e imagine la venida del Espíritu Santo: El estruendo de un viento fuerte e impetuoso que llenando la casa, unas llamas o lenguas de fuego posando sobre cada persona, siendo llenos del Espíritu Santo y hablando en otros idiomas.
En cada uno de estos eventos, ¿Qué pensamientos y sentimientos usted ha podido experimentar?
Lea Hechos 2:5-13. Si ha vivido en un lugar donde se habla un idioma diferente, ha sentido la sensación de escuchar su lengua materna en una multitud. Recuerde o imagine la sensación de escuchar su propia lengua. ¿Qué preguntas o emociones le recuerdan? ¿Algunas preguntas le vendrían a la mente?
Preste atención a la larga lista de lugares geográficos y los idiomas correspondientes que se hablaban. Tenga en cuenta el asombro, perplejidad y asombro en sus respuestas.
Note que esta diversidad de personas y sus idiomas correspondientes compartían el hecho de que eran todos Judíos viniendo a Jerusalén a celebrar el festival Judío.
Lea Hechos 2:14-37. Imagine escuchar las palabras de Pedro como uno de los que pertenecía a la multitud que gritaba a Jesús cuando llevaba su cruz al Calvario. Destaque las palabras que podrían penetrar en su corazón (versículo 37).
Lea Hechos 2: 38-41. ¿Cómo escuchar estas palabras después de ser testigo de la muerte de Jesús y los acontecimientos de Pentecostés? Piense en los que pertenecían a una multitud que favorecía la crucifixión de Jesús y luego a otra multitud que bautizaba en su nombre. Reflexione en las cualidades que estas personas podrían tener.
Lea Hechos 2: 42-47. Subraye las acciones que fueron tomadas. Resalte las frases que hablan acerca de la dedicación de ellos hacia Dios y los apóstoles.
Reflexione en las siguientes preguntas:
- ¿Qué trae asombro (temor reverente) en su adoración? ¿Qué podría prevenir ese asombro (temor reverente)?
- ¿En qué maneras su vida podría indicar su dedicación a Dios y a los líderes de la iglesia?
- ¿Cómo demostraría un corazón gozoso y sincero en la comunidad de fe?
Ore: Si tiene alguna dificultad respondiendo estas preguntas, ore a Dios por convicción como los Judíos en pentecostés fueron convencidos. Ore para que Dios le guie a ver qué cambios necesita hacer en su vida para vivir una vida de arrepentimiento y perdón.